El film La Naranja Mecánica de Stanley Kubrick es una obra de arte que, además de ser una gran producción desde los estético (la utilización de diversos planos, la musicalización y la excelente participación de los actores), muestra un mensaje claro en contra de la manipulación que realizan los medios de comunicación para lograr que la gente haga y sienta lo que ellos desean.
Si cualquiera se pone a pensar en los grandes medios de comunicación y los mensajes que ellos emiten se dará cuenta que hay una gran cantidaded de mentes trabajando en… ¿cómo hacer para que la gente piense esto?, o bien ¿cómo hacer para que se venda más este producto?
En la actualidad el capitalismo llevó a las empresas a buscar estrategias, como la de los mensajes subliminales, para que la población adquiera inconscientemente una sensación de gusto o rechazo hacia una cosa en particular.
Analizando La Naranja Mecánica, o bien La Persona Mecánica, se observa como, en el hospital donde se brinda el tratamiento Ludovico, bombardean con imágenes y sonidos a Alex Delarge. Para lograr que sienta un descontento con eso que ve el protagonista, le inyectan antes de ver las películas una dosis de un remedio que tiene efectos vomitivos. Es así que las imágenes de violencia, violaciones o robos que observa Alex se conjugan con las ganas de devolver debido al medicamento. Las consecuencias son que el protagonista vuelve a la calle y es maltratado, tanto por unos viejos como por sus antiguos amigos y no puede defenderse de modo alguno ya que cuando lo intenta le viene ese malestar que sufrió en el tratamiento. Lo convierten en una máquina que no tiene voluntad propia, no puede decidir por sí mismo.
Esta situación muestra claramente cómo funcionan los medios de comunicación masivos en la actualidad. Tomemos el caso de las películas de acción de Holliwood en donde los terroristas son siempre pertenecientes al Islam, usan túnicas en sus cabellos y presentan una barba alargada. Eso obviamente tiene un mensaje oculto para nada difícil de descifrar. Sin embargo al consumir constantemente ese estilo de film la sociedad norteamericana en su mayoría, pero también la de gran parte del mundo, inconscientemente asocia a las personas de esa cultura con el terrorismo. Esto fue demostrado en nuestro país, específicamente en el programa CQC, que le realizó una encuesta a una serie de personas preguntándole con qué señor no desearía viajar al lado. Obviamente muchos eligieron no compartir el asiento con gente perteneciente al Islam.
A partir de lo visto en la película, y de los múltiples casos de estos tipos de mensajes, se puede analizar como los medios de hoy en día nos llevan a pensar cosas que por ahí nunca se nos hubieran ocurrido. ¿Se imaginan a un desquiciado y maniático como Alex no pudiendo golpear al señor que le hizo besar sus zapatos o no pudiendo tocar los pechos de esa mujer perfecta? Bueno a través del tratamiento Ludovico esos científicos lo lograron.
Lo interesante sería saber todas las cosas que la Tv, el diario, la radio y la internet nos inculcan sin que nos demos cuenta. Todo debe estar precisamente planeado, no debe haber margen de error. Lo que los medios quieren y pretenden es que terminemos como Alex Delarge.
Por suerte gracias a una obra de arte como La Naranja Mecánica se puede comprender un poco más la realidad y lo que los medios nos quieren imponer, sin dejar de disfrutar una historia y un film muy rico e interesante en toda su expresión.
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